[spa]
Valparaíso Inamible expone múltiples retratos de la ciudad puerto. La odisea de los cambios y de los sueños permanentes, a modo de puzzle sin piezas ni guión. Lo inamible se hace presente como una interpretación libre y sin límites que deambula en una ciudad indefinida e inexistente. Fue el escritor chileno Baldomero Lillo, quien con su cuento “Inamible” vislumbró una ficción llena de estereotipos. En un lugar donde los personajes rondan entre el absurdo, la inoperancia y el ansia de sobresalir sin medir consecuencias. En el imaginario colectivo, lejos de todo momento cotidiano, Valparaíso es una ciudad cuantiosa y delirante. A primera vista y de manera burda, su sospechosa gestión parece contener un gran acervo de ideas y talento planificador en torno a su postal, entregando algarabía y desarrollo. Desde el otro lado, la realidad golpea fuerte y sus ciudadanos empujan el ímpetu de no ser olvidados por el paso del tiempo, tratando de construir una trinchera de representatividad. En esta serie web, Valparaíso se inspira en la fragmentación de una ciudad construida sobre una palabra sin clasificar por Lillo, que no se nombra y padece. Sobre un mensaje que vive al margen: Inamible.
“Voy al cerro,
pillo un animal inamible
y me tropiezo con ‘El Guarén’”
Baldomero Lillo
[eng]
Valparaíso Inamible exhibits multiple portraits of the port city. The odyssey of changes and permanent dreams, like a puzzle without pieces or script. The immutable becomes present as a free and limitless interpretation that wanders in an indefinite and non-existent city. It was the Chilean writer Baldomero Lillo, who with his story “Inamible” glimpsed a fiction full of stereotypes. In a place where the characters hover between absurdity, ineffectiveness and the desire to stand out without measuring consequences. In the collective imagination, far from every daily moment, Valparaíso is a large and delirious city. At first glance and crudely, its suspicious management seems to contain a great wealth of ideas and planning talent around its postcard, delivering excitement and development. From the other side, reality hits hard and its citizens push the impetus of not being forgotten by the passage of time, trying to build a trench of representation. In this web series, Valparaíso is inspired by the fragmentation of a city built on an unclassified word by Lillo, which is not named and suffers. About a message that he lives on the margins: Unnameable.
“I’m going to the hill,
I catch an unfriendly animal
and I stumble upon ‘El Guarén’”
Baldomero Lillo
Chimbombancia
Valparaíso se convirtió en un anfiteatro que debe exponer en sus calles la manifestación y ficción histórica de la carnavalización. Pareciera que existe un afán por seguir al primero de la fila, excluir situaciones y adornarlas con la grandilocuencia de la fiesta o puestas en escena. Realidad que deja entre sus despojos excesos, despilfarro de dinero y un cúmulo de desperdicio. A pesar del chimbombo, la música y el tambor, sabemos que la verdadera cultura que identifica a sus habitantes, se encuentra expropiada por la inoperancia.
Guarenísmos
Las singularidades geográficas de Valparaíso suponen desafíos a la vista inconclusos: quebradas y pasajes con difíciles accesos son una constante desde donde surgen pequeños vertederos. Existen más de 200 microbasurales, producidos gracias a una mala práctica ciudadana, acompañados de una pésima y cuestionada gestión municipal de recolección. Muchos vecinos desesperados inician campañas para eliminar tanto “guarenismo” de sus calles, mientras los trabajadores del aseo alzan la voz sin ser escuchados, exigiendo mejores sueldos y condiciones laborales.
La Pendiente
La pasión de multitud no abandona el espíritu de los porteños. A pesar de los conflictos y el decaimiento del futbol amateur, aún persiste en las canchas de barrio el ímpetu deportivo que une a vecinos y camaradas. En los barrios la pelota no se mancha, y en el corazón de Valparaíso, El Club de Deportes Santiago Wanderes, pese a todas sus complicaciones, representa a una hinchada imparable que tiñe con sus colores la ciudad puerto.
La Hoguera
“Alimapu” fue el nombre dado por los Changos a Valparaíso. Se dice -sin ser parte de la historia oficial-, que un gran incendio provocado por los españoles inspiró el nombre. Siglos después, el porteño Joaquín Edwards Bello la llamó “Ciudad del Fuego”. A pesar de los años, la ciudad sigue sin una reacción adecuada ante siniestros, agoniza y resucita incendio tras incendio, mientras estalla y se alimenta de negligencias. El año 2014 ocurrió la última tragedia, dejando a más de 2.500 viviendas afectadas, 12.500 personas damnificadas, 15 víctimas fatales y más de 1.000 hectáreas consumidas. Valparaíso aún no se recompone, no entiende y sospecha.
Gentrifícamelo!
La gentrificación, proceso que renueva los espacios hasta convertirlos en otros, llegó para quedarse. Se observa en boletines que anuncian construcciones renovadas y prometen una hermosa vista a costa de los residentes. Sus pasos de gigante egoísta irrumpen ante el abandono, estigmatización, especulación, encarecimiento y expulsión de los barrios. ¿Quiénes han construido este nuevo orden? Es la pregunta que resuena todos los días ante los adoquines arrancados de la memoria.
La Zancadilla
En abril de 1999 más de 1200 reos fueron trasladados desde la ex penitenciaria del cerro Cárcel a una nueva prisión. El lugar, a cargo de la Intendencia Regional, se convirtió en un espacio abierto donde diversas agrupaciones artísticas se asentaron. De zancadilla en zancandilla, se fue armando un entramado político que llegó y acabó con la función: así comienza la promesa de un Parque Cultural. La historia es larga y los resultados poco influyentes. Pareciera que el espíritu de la prisión aún permanece, mientras los últimos acontecimientos dejan en evidencia el “zancadillismo” y las trampas políticas del saber cultural.
No Patrimonial
Valparaíso es una ciudad sin tiempo, un poema desordenado que va anunciando nuevos padecimientos y devenires. El paisaje cultural se observa en constante cambio, se cuestiona, se cae a pedazos, se desarma y se vuelve a reforzar. La esquizofrenia es parte de una estructura visual que se arrima a su desorden: el monumento al wáter; puertas que no llevan a ninguna parte; pasarelas inconclusas y recorridos eternos de “la micro O”, una instancia que susurra parte de la historia.
Calamitosa!
Durante la época más gloriosa de la ciudad llegaron a funcionar 30 ascensores, conectando a sus habitantes entre rieles que vislumbraban un futuro prometedor. Sin embargo, la falta de mantención y la despreocupación convirtieron a este trasporte público de bajo costo en un objeto inútil y calamitoso. Hoy quedan cinco en manos del municipio y diez a cargo del Estado, mientras los vecinos se siguen preguntando si los 2 mil 400 millones invertidos para su recuperación el año 2012 los despojará de tanta ruina, óxido olvidado y desinterés.
Desplazados
Valparaíso parece estar convirtiéndose en otra ciudad mientras su antigua figura se va trasformando en un recuerdo. Es un hecho que existe otra postal, con nuevos negocios y proyectos inmobiliarios que amenazan la vida de barrio. Para algunos es un necesario progreso y el Plan Regulador se ajusta sospechosamente a ello. Otros sin embargo se consideran desplazados, no se conforman al ver cómo se desintegra la identidad local y se organizan como vecinos ante el poder que los destruye. La ciudad sucumbe ante modelos estandarizados y remodelaciones siúticas, donde el residente no tiene cabida ni acceso.
La Deuda
Con la llegada de la democracia, el desfalco municipal se siguió perpetuando como un pasatiempo, y la incertidumbre se convirtió en el estado más triste que acompaña a la ciudad. Una deuda se cierne todo el tiempo en las calles y sobre los residentes que esperan funcionarios competentes. ¿Qué tanto nos deben? ¿Qué tanto le debemos al puerto? Catorce años estuvo Hernán Pinto en el poder, dejando un déficit de $7.600 millones de pesos. Con Jorge Castro al mando, la cifra aumentó a $35 mil millones. La pésima gestión para salir de la pobreza municipal ha llevado a la pasiva alternativa del despojo: venta de bienes locales para amortiguar la crisis. De este modo, Valparaíso se va vendiendo a pedazos. La espera de un recambio en su gestión es solo un espejismo inmóvil, que no saldará más de treinta años de deudas.
El Hundimiento
La falta de trabajo y el endeudamiento municipal, han sido la excusa perfecta para crear y justificar dos proyectos emblemas: La construcción del Mall Barón y el Terminal 2, olvidando levantar propuestas para rescatar e invertir en el abandonado plan de Valparaíso. ¿A quién representa y qué intereses esconde la promoción y la lucha contra estos dos proyectos? El residente libra su batalla diaria en los cerros, mientras el poder se beneficia, los desplaza e imagina construir un muro divisorio entre el mar y la ciudad, siendo el Mall y el T2 un espejismo de integración.
Firebombing
Valparaíso became an amphitheater that must display in its streets the manifestation and historical fiction of carnivalization. It seems that there is a desire to follow the first in line, exclude situations and adorn them with the grandiloquence of the party or staging. Reality that leaves excesses, waste of money and an accumulation of waste among its spoils. Despite the chimbombo, the music and the drum, we know that the true culture that identifies its inhabitants is expropriated by ineffectiveness.
Guarenisms
The geographical singularities of Valparaíso pose unfinished challenges to the eye: ravines and passages with difficult access are a constant from where small landfills emerge. There are more than 200 micro-garbage dumps, produced thanks to bad citizen practice, accompanied by terrible and questioned municipal collection management. Many desperate neighbors begin campaigns to eliminate so much “guarenism” from their streets, while sanitation workers raise their voices without being heard, demanding better salaries and working conditions.
Slope
The passion of the crowd does not abandon the spirit of the Buenos Aires people. Despite the conflicts and the decline of amateur soccer, the sporting impetus that unites neighbors and comrades still persists on the neighborhood fields. In the neighborhoods the ball is not stained, and in the heart of Valparaíso, the Santiago Wanderes Sports Club, despite all its complications, represents an unstoppable fan base that colors the port city with its colors.
The Bonfire
“Alimapu” was the name given by the Changos to Valparaíso. It is said – without being part of the official history – that a large fire caused by the Spanish inspired the name. Centuries later, the Buenos Aires native Joaquín Edwards Bello called it “City of Fire.” Despite the years, the city continues without an adequate reaction to accidents, dying and resurrecting fire after fire, while it explodes and feeds on negligence. In 2014, the last tragedy occurred, leaving more than 2,500 homes affected, 12,500 people affected, 15 fatalities and more than 1,000 hectares consumed. Valparaíso still does not compose itself, does not understand and is suspicious.
Gentrify it!
Gentrification, a process that renews spaces until they become new, is here to stay. It is observed in bulletins that announce renovated constructions and promise a beautiful view at the expense of residents. His selfish giant steps break out in the face of abandonment, stigmatization, speculation, rising prices and expulsion from the neighborhoods. Who has built this new order? It is the question that echoes every day before the cobblestones torn from memory.
The Zancadilla
In April 1999, more than 1,200 inmates were transferred from the former Cerro Cárcel penitentiary to a new prison. The place, run by the Regional Administration, became an open space where various artistic groups settled. From trip to trip, a political network was put together that came and ended the function: thus begins the promise of a Cultural Park. The story is long and the results are not very influential. It seems that the spirit of the prison still remains, while the latest events reveal the “tripping” and the political traps of cultural knowledge.
Non-Equity
Valparaíso is a city without time, a disorderly poem that announces new sufferings and futures. The cultural landscape is observed in constant change, it is questioned, it falls apart, it is dismantled and it is reinforced again. Schizophrenia is part of a visual structure that is close to its disorder: the monument to the toilet; doors that lead nowhere; unfinished catwalks and eternal routes of “the micro O”, an instance that whispers part of history.
Calamitous!
During the city’s most glorious era, 30 elevators operated, connecting its inhabitants between rails that glimpsed a promising future. However, the lack of maintenance and carelessness turned this low-cost public transportation into a useless and calamitous object. Today there are five in the hands of the municipality and ten in charge of the State, while the neighbors continue to wonder if the 2.4 billion invested for its recovery in 2012 will rid them of so much ruin, forgotten rust and disinterest.
Displaced
Valparaíso seems to be becoming another city while its old figure is transformed into a memory. It is a fact that there is another postcard, with new businesses and real estate projects that threaten neighborhood life. For some it is a necessary progress and the Regulatory Plan suspiciously adjusts to it. Others, however, consider themselves displaced, they are not satisfied with seeing how local identity disintegrates and they organize as neighbors in the face of the power that destroys them. The city succumbs to standardized models and siutic remodeling, where the resident has no place or access.
Debt
With the arrival of democracy, municipal embezzlement continued to be perpetuated as a pastime, and uncertainty became the saddest state that accompanies the city. A debt looms all the time in the streets and over residents waiting for competent officials. How much do they owe us? How much do we owe to the port? Hernán Pinto was in power for fourteen years, leaving a deficit of $7.6 billion pesos. With Jorge Castro at the helm, the figure increased to $35 billion. The terrible management to get out of municipal poverty has led to the passive alternative of dispossession: sale of local assets to cushion the crisis. In this way, Valparaíso is being sold in pieces. The wait for a change in his management is just an immobile mirage, which will not pay off more than thirty years of debts.
Collapse
The lack of work and municipal debt have been the perfect excuse to create and justify two emblematic projects: The construction of Mall Barón and Terminal 2, forgetting to raise proposals to rescue and invest in the abandoned Valparaíso plan. Who does it represent and what interests does the promotion and fight against these two projects hide? The resident fights his daily battle in the hills, while the power benefits, displaces them and imagines building a dividing wall between the sea and the city, with the Mall and T2 being a mirage of integration.
Realización: Juan Luis Tamayo
Producción Ejecutiva: Patricio Muñoz, dereojo comunicaciones
Idea original: Patricio Muñoz G.
Producción general: Claudio Leiva, Jimena Campos
Asesoría: Marco Herrera
Dirección de fotografía: Juan Luis Tamayo
Montaje: Juan Luis Tamayo, Diego Santana
Sonido: Eduardo Tumayán
Post producción: Patricio Muñoz
Dirección de arte: Instruccionesdeuso
Periodistas: Carolina Torres, Chandra Espinoza
Asistencia de montaje: Romina Landauro
Asistencia de producción: Annia Hidalgo, Zafra Rojas
Traducción: Gabriel Muñoz
Asesoría legal: Ana Fullerton
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Valparaíso Inamible expone múltiples retratos de la ciudad puerto. La odisea de los cambios y de los sueños permanentes, a modo de puzzle sin piezas ni guión. Lo inamible se hace presente como una interpretación libre y sin límites que deambula en una ciudad indefinida e inexistente. Fue el escritor chileno Baldomero Lillo, quien con su cuento “Inamible” vislumbró una ficción llena de estereotipos. En un lugar donde los personajes rondan entre el absurdo, la inoperancia y el ansia de sobresalir sin medir consecuencias. En el imaginario colectivo, lejos de todo momento cotidiano, Valparaíso es una ciudad cuantiosa y delirante. A primera vista y de manera burda, su sospechosa gestión parece contener un gran acervo de ideas y talento planificador en torno a su postal, entregando algarabía y desarrollo. Desde el otro lado, la realidad golpea fuerte y sus ciudadanos empujan el ímpetu de no ser olvidados por el paso del tiempo, tratando de construir una trinchera de representatividad. En esta serie web, Valparaíso se inspira en la fragmentación de una ciudad construida sobre una palabra sin clasificar por Lillo, que no se nombra y padece. Sobre un mensaje que vive al margen: Inamible.
“Voy al cerro,
pillo un animal inamible
y me tropiezo con ‘El Guarén’”
Baldomero Lillo
[eng]
Valparaíso Inamible exhibits multiple portraits of the port city. The odyssey of changes and permanent dreams, like a puzzle without pieces or script. The immutable becomes present as a free and limitless interpretation that wanders in an indefinite and non-existent city. It was the Chilean writer Baldomero Lillo, who with his story “Inamible” glimpsed a fiction full of stereotypes. In a place where the characters hover between absurdity, ineffectiveness and the desire to stand out without measuring consequences. In the collective imagination, far from every daily moment, Valparaíso is a large and delirious city. At first glance and crudely, its suspicious management seems to contain a great wealth of ideas and planning talent around its postcard, delivering excitement and development. From the other side, reality hits hard and its citizens push the impetus of not being forgotten by the passage of time, trying to build a trench of representation. In this web series, Valparaíso is inspired by the fragmentation of a city built on an unclassified word by Lillo, which is not named and suffers. About a message that he lives on the margins: Unnameable.
“I’m going to the hill,
I catch an unfriendly animal
and I stumble upon ‘El Guarén’”
Baldomero Lillo
[producción ejecutiva]
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